Trescientos sesenta años después del invento de la prensa de tipos móviles por Gutenberg, otro alemán dio el paso decisivo para incorporar la fuerza del vapor a la maquinaria de imprenta, inaugurando con ello la época moderna del periodismo. El autor de este decisivo invento es, Federico Koenig (casi un desconocido exceptuando en los libros de sistemas de impresión, o de diseño en cuestión).
Friedrich Gottlob Koenig nació el 17 de abril de 1774 en Leipzig (Alemania), siendo el tercer hijo del humilde labrador Johann Christoph König y de Sophie Christiane. Desde muy pequeño se notó su gran
inteligencia pasando de una escuela mas bien popular a un instituto de enseñanza, en donde incluso lo adelantaron de nivel. Pese a sus sobresalientes aptitudes, tubo que abandonar la escuela por el fallecimiento de su padre. Por las dificultades económicas, aprende el oficio de impresor de libros en "Breitkopf & Härtel".
Ya en 1794 obtiene el título de dicho oficio. A los 26 años, aproximadamente, intenta crear un negocio propio con la apertura de una librería, fracasa. Obsesionado por la idea de una impresora accionada por vapor, se traslada en 1803 a Suhl; ciudad "del hierro", en la cual existen varios talleres mecánicos. Aquí construye su primera prensa, pero su intento de descubrir la fórmula para sustituir el pesado trabajo
corporal en la prensa manual, no tiene éxito, debido al diseño excesivamente complicado de la máquina, a la falta de posibilidades técnicas y a la penuria económica. Consciente de estas deficiencias, Federico abandona Suhl y busca ayuda en varias ciudades alemanas, estableciendo contacto con personas influyentes, dentro y fuera del gremio, con la esperanza de hallar mecenas y colaboradores interesados en seguir
adelante con sus investigaciones. Pero sus compatriotas miran con desconfianza las ideas Koenig.
En su incesable búsqueda de apoyo le escribe al zar Alejandro I de Rusia con la misma petición, pero, a pesar de su elocuencia, sólo obtiene promesas vanas. Entonces Koenig se acuerda de Inglaterra. En el otoño de 1803 sabe que existen numerosos talleres de imprenta y un destacado número de "mecenas" con capacidad para invertir dinero a favor de los diseños de Koenig. Es por esto, que viaja a Inglaterra ya que la isla cuenta con una industria desarrollada, destreza en la fundición de hierro y su sistema de
patentes que ofrece una seguridad a los inventores.
El 2 de noviembre de 1806, llega Koenig a Londres, y a los pocos meses (31 de marzo 1807) consigue firmar un contrato con Thomas Bensley, el más conocido editor de Inglaterra, para la construcción de su imprenta.Koenig recibe sus primeras cuatro patentes en 1810 en Londres. En 1811 acomete por primera vez la realización de una prensa basada en un cilindro que sustituye la plancha de impresión; prensa que será presentada en el taller de Koenig a varias personas, entre ellos a Fred Perry, dueño del Morning Chronicle y a John Walter II, propietario del Times.
Perry no sabe apreciar el valor del invento y no se muestra interesado, pero Walter se percata de sus inmensas posibilidades y encarga dos máquinas dobles que imprimen en un solo proceso ambas caras del pliego.
A partir de 1800, existe un gran aumento del número de periódicos, diversos empresarios se habían dado cuenta de buscar fórmulas para superar el límite de producción impuesta por la tecnología anticuada, que entonces se situaba en un máximo de 250 hojas por hora, impresas por una sola cara.
Había varias posibilidades para trabajar sobre la modernización del proceso de impresión, y es ahí, donde Koenig interviene. Se dedicaba a desarrollar una prensa mecánica capaz de acelerar la última fase del proceso de impresión: sustituir la fuerza manual por la mecánica.
El 28 de noviembre de 1814 fue la primera impresión del "Times" en imprenta a vapor, la que salió al publico el día 29 de noviembre. Esta primera edición mecánica del Times contiene un largo editorial, en la cual
se explica el funcionamiento de la nueva máquina, su enorme capacidad de producción y la importancia industrial y social del invento.
A partir de este momento, el crecimiento del Times en tirada e influencia política es imparable. La producción de más de 1.000 páginas por hora posibilita un alargamiento sustancial de la hora de cierre para la admisión de noticias, con lo cual éstas tienen la máxima actualidad.
En años posteriores, conjuntamente con Augusto Applegath consigue mejorar algunas piezas, con lo cual en 1828 la imprenta accionada por vapor será capaz de imprimir 4.000 hojas por hora.
Koenig, luego, se traslada a Alemania, lugar donde después de muchos problemas, logra instalar una empresa en base a su imprenta a vapor.
Al cabo de un largo tiempo, la situación inestable salpica también los negocios en Alemania. La empresa de Koenig se precipitará a una crisis gravísima. Las nuevas adversidades son una causante en su salud. En
diciembre de 1832, tiene un ataque al corazón, y a las pocas semanas después, el 17 de enero de 1833 un segundo infarto acabará con su vida. (
La prensa Koenig
La prensa de Koenig era una máquina de impresión de vapor. La forma permanecía en la platina, esta se movía gracias a la energía del vapor, hacía la hoja de papel que estaba imprimiendo, y después se retiraba. Esto significaba que las hojas de papel podían ser colocadas en su sitio y quitadas sin interrupción. Dos cilindros movidos por vapor, que sustituían la plancha superior, presionaban el papel contra los caracteres, y un rodillo repartía automáticamente la tinta sobre los caracteres, con lo que se eliminaba el lento y fatigoso proceso de entintar a mano con almohadillas de cuero.
La máquina solo necesitaba dos hombres para funcionar: uno para alimentar el papel en blanco y el otro para retirar las hojas impresas.
La producción de la nueva prensa de vapor era impresionante, pero el hecho de tener que alimentarla manualmente, hoja a hoja, frenaba el proceso (en 1798 se inventó en Francia una máquina que fabricaba el papel en bobinas en lugar de hojas).
En 1868 The Times instaló las primeras prensas que pudieron imprimir con éxito en papel continuo y por las dos caras a la vez. En lugar de imprimir a partir de formas planas, la máquina usaba estereotipos (planchas curvas de metal fundidas a partir de los caracteres). Las planchas curvas se ajustaban a los rodillos de la prensa. Una vez que esta empezaba a funcionar, imprimía ininterrumpidamente en papel continuo, que después era cortado y plegado. La prensa rotativa, así se llamaba, llegaría a convertirse en la máquina empleada en los periódicos durante de más de 100 años. El único cambio importante posterior fue la sustitución del vapor por la electricidad.
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