El manuscrito Voynich - 6 ª Parte


Teorías acerca de la lengua


Esteganografía

Esta teoría mantiene que el texto del manuscrito Voynich carece en su mayor parte de significado, pero contiene la información oculta en detalles discretos: por ejemplo, la segunda letra de cada palabra, o el número de letras en cada línea. Esta técnica, llamada esteganografía (en griego, “escritura encubierta”) es muy antigua, y la describió, entre otros, el abad Johannes Tritemius en 1499. Se ha sugerido que el texto traducido ha de ser obtenido mediante una rejilla de Cardano de algún tipo. Esta teoría es difícil de probar o rechazar, puesto que los textos esteganográficos pueden ser arbitrariamente difíciles de transcribir. Un argumento en contra es que usar un texto que aparenta estar cifrado va en contra del principal objetivo de la esteganografía, que es ocultar la propia "existencia" del mensaje secreto.

Algunos han sugerido que el texto con significado podría estar codificado en la longitud o forma de ciertos rasgos de la escritura. Hay ejemplos de esteganografía de aproximadamente esa época, que usan el tipo de letra (por ejemplo regular frente a cursiva) para ocultar información. Sin embargo, cuando se examina con un gran aumento, los rasgos de escritura del manuscrito Voynich tienen un aspecto natural y aparecen afectados principalmente por la superficie rugosa del pergamino.

Lenguaje natural exótico

El lingüista Jaques Guy ha sugerido que el texto del manuscrito Voynich podría estar expresado en una lengua natural exótica, aunque escrito con un alfabeto inventado. Ciertamente, la estructura de palabras es similar a la de muchas familias lingüísticas de Asia Oriental y Central, principalmente la sino-tibetana (chino, tibetano y birmano), la austroasiática (vietnamita, jemer,...) y tal vez la tai (tailandés, lao,... ). En muchas de estas lenguas, las "palabras" (es decir, las unidades lingüísticas más pequeñas con un significado definido) constan de una sola sílaba; y esas sílabas tienen una estructura bastante rica, incluidos patrones tonales.

Esta teoría goza de cierta plausibilidad histórica. Aunque esas lenguas disponen en general de sistemas de escritura propios, éstos suelen ser notablemente difíciles para los visitantes occidentales, lo que motivó la invención de varios alfabetos fonéticos, habitualmente usando letras latinas, pero a veces se emplearon letras inventadas. Aunque los ejemplos conocidos son muy posteriores al manuscrito Voynich, la historia registra cientos de exploradores y misioneros que lo podrían haber hecho (incluso antes del famoso viaje de Marco Polo en el siglo XIII), pero especialmente después de que Vasco de Gama descubriese la vía marítima a Extremo Oriente en 1499. El autor del manuscrito Voynich podría ser también un nativo del Lejano Oriente que vívía en Europa, o bien se educó en una misión europea.

El principal argumento a favor de esta teoría es que es consistente con todas las propiedades estadísticas del texto del manuscrito Voynich que han sido comprobadas a la fecha, incluyendo las palabras dobladas y triplicadas que aparecen en los textos escritos en chino y vietnamita con la misma frecuencia aproximada que en el manuscrito. También explica la aparente falta de números y de características sintácticas occidentales (tales como artículos y cópulas), y la inescrutabilidad general de las ilustraciones. Otra posible pista la constituyen dos grandes símbolos rojos en la primera página, que han sido comparados con el título de un libro de estilo chino, dado la vuelta y pobremente reproducido. Además, la aparente división del año en 360 grados (en lugar de 365 días), en grupos de 15 y comenzando en Piscis, son rasgos propios del calendario agrícola chino (jie q'i). El principal argumento en contra de esta teoría es que nadie (incluidos los eruditos de la Academia de Ciencias de Pekín) ha podido encontrar ningún ejemplo claro de simbolismo oriental o de ciencia asiática en las ilustraciones.

A finales de 2003, el polaco Zbigniew Banasik propuso que el manuscrito es texto redactado en idioma manchú, y dio una traducción incompleta de la primera página del manuscrito.

Lengua políglota

En el libro Solution of the Voynich Manuscript: A liturgical Manual for the Endura Rite of the Cathari Heresy, the Cult of Isis ("La solución al manuscrito Voynich: un manual litúrgico del rito de Endura en la herejía cátara, el culto a Isis", 1987), Leo Levitov afirmó que el manuscrito era una transcripción sencilla de una "lengua oral políglota", que definió como "una lengua literaria comprensible para aquéllos que no entendieran el latín, a quienes se les podría leer en esta lengua". Propuso un desciframiento parcial en una mezcla de lengua flamenca medieval con muchos préstamos lingüísticos de francés antiguo y antiguo alto alemán.

Según Levitov, el rito de Endura no era sino un ritual de suicidio asistido, asociado con la fe cátara (aunque la historicidad de este ritual está puesta en duda). Explica que las plantas quiméricas no están destinadas a representar ninguna especie botánica, sino que son símbolos secretos de la fe. Las mujeres en las tinas junto a la red de tuberías representan el propio suicidio ritual, que incluiría la venesección: cortarse las venas para que la sangre se derramase en un bañera con agua caliente. Las constelaciones sin análogo celestial representan las estrellas del manto de Isis.

Se cuestiona esta hipótesis en varios frentes. Uno es que se sabe muy bien que la fe cátara era un gnosticismo cristiano, y no se asociaba de ninguna forma con Isis. Otro es que esta teoría sitúa el origen del libro en los siglos XII o XIII, con lo que sería considerablemente más antiguo que lo que incluso los partidarios de la teoría de Roger Bacon defienden. Levitov no ofreció ninguna defensa frente a este argumento, más allá de su traducción.

Lengua artificial

La peculiar estructura interna de las “palabras” del manuscrito Voynich ha llevado a William F. Friedman y John Tiltman a postular por separado que el texto podría ser simplemente una lengua artificial, y más específicamente, una lengua filosófica. Las lenguas de este tipo tienen un vocabulario organizado según un sistema de categorías, por lo que se puede deducir el significado general de una palabra por la secuencia de las letras que la componen. Por ejemplo, en la lengua artificial moderna Ro, bojo es la categoría de los colores, y cualquier palabra que comience con esas letras sería el nombre de un color: así rojo es bofoc, y amarillo es bofof (es, pues, una versión extrema de la Clasificación Decimal Universal que se usa en las bibliotecas).

Este concepto es bastante antiguo, como lo prueba el libro Philosophical Language (“Lengua Filosófica”) de John Wilkins. En los ejemplos más conocidos, las categorías se subdividen añadiendo sufijos; como resultado, un texto sobre una materia concreta tendría muchas palabras con prefijos similares. Por ejemplo, todos los nombres de plantas empezarían con letras similares, y análogamente con todas las enfermedades, etc. Esta característica podría entonces explicar la naturaleza repetitiva del texto Voynich.

Sin embargo, nadie ha podido asignar un significado plausible a cualquier prefijo o sufijo del manuscrito, además de que todos los ejemplos conocidos de lenguas filosóficas son bastante tardíos (siglo XVII).

Engaño

Las extrañas características del texto del manuscrito (tales como las palabras duplicadas o triplicadas) y el contenido sospechoso de sus ilustraciones (tales como las plantas quiméricas) han llevado a muchos a pensar que el manuscrito es en realidad un engaño.

En 2003 el especialista en computación doctor Gordon Rugg mostró que se podía reproducir texto con características similares a las del que contiene el manuscrito, mediante el uso de una tabla con prefijos, raíces y sufijos, que habrían sido seleccionados y combinados por medio de una plantilla de papel perforado. Este mecanismo, conocido como rejilla de Cardano, se inventó hacia 1550 como herramienta criptográfica. Sin embargo los pseudo textos generados en los experimentos de Gordon Rugg no tienen las mismas palabras y frecuencias que el manuscrito Voynich, y su parecido con el voynichés es sólo visual, no cuantitativo. Puesto que también se puede producir un galimatías aleatorio que se parezca al español (o a cualquier otra lengua) en una medida similar.

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