El manuscrito Voynich - 2ª Parte


Historia

Dado que el alfabeto del manuscrito Voynich no se asemeja a ningún tipo de escritura conocida, y que el texto continúa sin ser descifrado, la única evidencia práctica de la edad y origen del libro son sus ilustraciones. En especial los atuendos y peinados de las figuras humanas y algunos castillos vistos en los diagramas. Todo es característicamente europeo y, basándose en esta evidencia, la mayoría de los expertos fechan el libro entre los años 1450 y 1520. Esta estimación es apoyada por otras pistas secundarias.


El primer dueño confirmado del manuscrito fue un cierto Georgius Barschius, un oscuro alquimista que vivió en Praga a comienzos del siglo XVII. Aparentemente Barschius se encontraba tan confundido con respecto al libro como nos encontramos en la actualidad. Tras enterarse de que Athanasius Kircher, un erudito jesuita del Collegio Romano, había publicado un diccionario de copto (etíope) y "descifrado" los jeroglíficos egipcios, envió una muestra del manuscrito Voynich a Kircher en dos ocasiones, pidiéndole pistas. Su carta a Kircher en 1639, recientemente hallada por René Zandbergen, es la mención más antigua del manuscrito hallada hasta la fecha.

Se desconoce si Kircher respondió al pedido, pero aparentemente se encontraba lo suficientemente interesado como para intentar adquirir el libro, que Barschius rehusó vender. Tras la muerte de Barschius el manuscrito pasó a manos de su amigo Johannes Marcus Marci, en aquel entonces rector de la Universidad Carolina de Praga, quien rápidamente envió el libro a Kircher, su amigo corresponsal.

La carta de Marci (1665) se encuentra aún adjunta al manuscrito. En esta carta le ofrece el manuscrito para su descifrado y menciona que fue adquirido por el emperador Rodolfo II de Bohemia (1552-1612) por 600 ducados de oro.

 La carta menciona luego que en la corte de Rodolfo II se creía que el autor del manuscrito era Roger Bacon (el fraile franciscano que vivió entre 1214 y 1294).


No se encuentran menciones del libro en los dos siglos siguientes, aunque muy probablemente fuera conservado, junto con la correspondencia de Kircher, en la biblioteca del Collegio Romano (actualmente la Universidad Pontificia Gregoriana). Allí permaneció probablemente hasta que las tropas de Víctor Manuel II de Italia conquistaron la ciudad en 1870, anexionando los Estados Pontificios al nuevo Estado italiano.

El nuevo Gobierno italiano decidió confiscar muchas de las propiedades de la Iglesia, incluyendo la biblioteca del Collegio. De acuerdo con las investigaciones de Xavier Ceccaldi y otros, justo después de este acontecimiento muchos de los libros de la biblioteca de la universidad fueron transferidos precipitadamente a las bibliotecas personales de su facultad, donde quedaban a salvo de la confiscación. La correspondencia de Kircher, incluyendo el manuscrito, se encontraba entre estos libros.



Parece ser que alrededor del año 1912 el Collegio Romano se encontraba en una situación económica precaria y decidió vender, discretamente, algunas de sus propiedades. Así fue cómo Wilfrid Voynich adquirió 30 manuscritos, entre ellos el que nos ocupa.


En 1961, tras fallecer Voynich, su viuda vendió el libro a otro marchante de libros antiguos, llamado H. P. Kraus.

No pudiendo encontrar un comprador, Kraus donó el manuscrito a la Universidad de Yale en 1969.

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