SABIAS QUE...


El banquete del Toisón de Oro que se ofreció a Carlos V en Barcelona, en 1591, consistió en 72 platos, y duró dos días.


En el año 2 a. de C., al morir el príncipe Yamato-hiko, hermano del emperador, todo su séquito fue enterrado vivo junto a él en su tumba real. Durante días se oyeron los gritos de terror y la agonía de los sepultados. La experiencia fue tan espantosa que el emperador, a la muerte de su esposa, decidió encargar a los artesanos efigies de hombres que sustituyeran a los de carne y hueso.


Los conocimientos médicos de Shakespeare eran más que notables, según un informe publicado por la revista New Scientist y firmado por Lance Fogen. En un repaso minucioso a su obra, Fogen ha encontrado que el poeta de Stratford-on-Avon conocía la anatomía ocular, la estructura del cerebro, los efectos del alcohol, los síntomas de la sífilis, y un largo etcétera.



El norteamericano Robert Hagg se ha convertido en la primera persona en el mundo arrestada por contrabando de meteoritos. Hace unos meses, Hagg se hizo en Argentina con una roca galáctica de 37 toneladas, por la que pagó unos 4 millones de pesetas. Cuando se disponía a sacar del país el meteorito, fue detenido por la policía, y se le confiscó la mercancía.



Samuel Johnson, escritor inglés del siglo XVIII, era un obsesivo patológico que, al pasar por una puerta, se contorsionaba y retorcía como si realizara unos ritos gestuales; luego daba un salto a través del umbral, como si tratara de ganar una apuesta... Quien no le conocía se quedaba perplejo.








Al rey Ismail de Marruecos, que vivió en el siglo XVIII, se le atribuyen 1.056 hijos.







El famoso carnicero de Hannover, que consumó una treintena de homicidios, descuartizó los cadáveres y vendió la carne en el mercado negro durante la crisis económica. Tras el juicio, y antes de ser decapitado en 1925, expresó como último deseo que en su tumba apareciera el siguiente epígrafe: “Aquí descansa el Exterminador”.




El cadáver del poeta inglés Percy Bysshe Shelley, quemado según sus deseos, quedó carbonizado, aunque el corazón permaneció intacto.

Su amigo Edward Trewanley, que asistió a la cremación, rescató el órgano de las cenizas y se lo envió a su viuda Mary.





Los Reyes Católicos no utilizaban el título de Reyes de España; lo consideraban pobre para describir la cantidad de reinos y señoríos bajo su mando. En vez de eso, conservaron en su título los nombres de todos esos reinos, costumbre que siguió vigente hasta 1668. Así, los despachos de los reyes de la Casa de Austria en el siglo XVII tenían el siguiente encabezamiento: “Don Felipe, por la gracia de Dios, rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de Los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las islas de Canarias, de las Indaos orientales y occidentales... “
etcétera.

El emir Abd-I-Rahmann II de Córdoba sólo hacía el amor con mujeres vírgenes. Nunca repetía el acto sexual con la misma mujer.

Al subir al trono en el año 882, ordenó que se arrancaran todos los viñedos de su reino, para acabar con los borrachos.
 Pero sus consejeros le recomendaron que no lo hiciera, pues la gente se embriagaría con mosto de higo.






El lord inglés George Bryan, llamado Beau Brummell, rociaba sus botas con champán, para ablandar el cuero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario